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¿El arte de la transformación de la percepción, o simplemente filosofar?

  • Foto del escritor: Pablo Rodríguez P
    Pablo Rodríguez P
  • 22 ago 2021
  • 10 Min. de lectura


Dentro del siguiente blog, abordaré el tema de la esencia de la filosofía con el fin de dar respuesta a la pregunta: ¿qué es la Filosofía? Partiendo desde la tesis “la filosofía como instrumento accesible del ser humano con el fin de resolver cuestiones que se desarrollan dentro de nuestra mente de forma dialéctica: consciente vs inconsciente, el eterno discurso dentro del ser como un instrumento de transformación de la percepción.


Preguntarnos por la filosofía es la cuestión que no se ha podido definir, ni se ha podido llegar a un acuerdo común sobre su definición, ya sea como disciplina, o como doctrina. Y si nos ponemos a revisar, la filosofía ni como ciencia es reconocida, y acá también ha contribuido bastante. Tras tantos años de pensamiento, donde han nacido ideas cada vez más nuevas y más precisas para dar respuestas a las necesidades de la humanidad, la filosofía actualmente la tenemos subvalorada, y despreciada a nivel cultural. Aunque lo creas o no, el trabajo del filosofar, siempre va estar allí presente, sea de forma consciente o inconscientemente, solo que la mayoría de las veces no lo reconocemos, y si lo hacemos pues rechazamos.

La filosofía dentro de su uso diario no solo nos genera un cierto alivio cuando la reflexión termina resolviendo una duda personal, antes, nos sentimos mejor cuando nuestro pensamiento nos sirve para poder vivir mejor en comunidad. Sin embargo, lo que no logramos deshacer a la hora del filosofar, que considero que es lo más hermoso de nuestra mente, son esas sensaciones imperfectas, diríamos nosotros. Cosas como: dudas, ciertas incógnitas, o en ocasiones malos pensamientos, ideas no claras y distintas que también afecta en nuestra vida diaria.


Sin embargo, aunque este sea el motor que cambia la forma de ver el mundo, y en circunstancias nos cuesta aceptar, no podemos rechazar esas secuelas. Y con este mar de cambios, entre pensamientos positivos y sus contrapuestas, solo queda un miedo porque en últimas no podemos explicar todo, y hay veces donde no podemos dar explicación a ciertos hechos que nos deja un sinsabor de impotencia, como último recurso rechazamos. Esto casi que es una actividad de defensa propia, como si con esto hubiera una selección natural, el fenómeno de los que resisten y afrontan, y los que rechazan y continúan.

Después de lo dicho, es peor, creo yo, vivir en un mundo sin esfuerzo, sin esmero, que vivir en nuestra utopía imaginaria. Yo no me sentiría aliviado si no hubiera una cierta cantidad de realidad humana en mi pensamiento, y el resultado de la reflexión me deje ese sinsabor de impotencia al sentir que hubo algo que no pude entender, pero que debo afrontar, y más allá de afrontar, sé que debo entenderlo, porque solo así se marcara los límites con el otro.

Desde mi juventud comprendí, que para la sociedad actual, una sociedad que se les ha preparado para competir desde jóvenes, donde al llegar a su meta serán recibidos con sidra y vino y la fortuna del mundo, logran filosofar como ateniense sin saberlo. Porque está siempre buscando el equilibrio entre una vida que les pide un cuerpo sano para resistir las condiciones físicas, y para vivir esa vida necesitan una mente sana, porque este tipo de vida solo se puede conllevar si hay objetivos, si hay una meta clara donde llegar, y mucha motivación si al olimpo quieren llegar. Porque si recordamos el cuento de Albert Camus y el mito de Sísifo, al nosotros no poder responder el por qué estamos aquí, por qué existimos o a qué venimos al mundo, simplemente nos queda que cambiar de percepción, y meternos en el cuento en el que vivimos, y aprender a tomar decisiones, para sí lidiar con nuestra realidad, una realidad sinsentido.


Y bajo este manto de intento revalorar el papel de la filosofía en la cotidianidad, donde la reflexión sale más pura, mayor discernida, y más completa para enfrentar la vida, es cuando uno comprende que no hay posibilidad de dejar de hablar con uno mismo. Solo nos queda afrontar que al igual que la droga, uno mismo se vuelve su propia dependencia. Y con esto en mente se puede reconocer que es el momento perfecto para saber dos cosas, qué es lo que queremos, y que no queremos, siendo esta una posibilidad para transformar nuestra percepción en una visión revolucionaria, o seguir como la vemos e intentar lograr mayores objetivos, o conllevar la vida.

Después de lo dicho anteriormente, traigo a colación a Hegel y su filosofía del esclavo y el amo. Hoy día vivimos siendo o amos, o esclavos, y en ocasiones hasta las dos posiciones a la vez. Pero esto no es sino un juego de poder, donde el ser humano se cansa, se cansa siempre por tratar de poder sobrellevar su realidad política, y al caer en cuenta sobre la realidad de su vida, solo puede pasar dos cosas, o buscara la libertad o no hará nada, y si uno se acerca a comparar definiciones de esclavos o esclavitud a través de la historia, el concepto de hoy de esclavo es el peor de todos, porque en el fondo el hombre sabe que es libre, que lo protegen sus derechos, pero la necesidad y obligación de los sistemas políticos-económicos simplemente lo destruyen cuando reconoce que su alma es esclava de su voluntad.


Con la filosofía, ese juego de poder que plantea Hegel solo va a ser una realidad más, que se puede moldear gracias a que puedes resolver estas dos preguntas: quién quieres ser, y cómo quieres ser dentro de esta realidad sinsentido. No cambias el mundo, pero si tu estadía en la realidad. Sin ser tan radical, personas como Residente, Facundo Cabreras, Canserbero, Mano Chau, entre otros miles de compositores, pintores, y miles pensadores del medio artístico que han tratado de dar su percepción del mundo, he intentado cambiar el mundo, sin salirse de los límites que la realidad que les plantea, como por ejemplo, existe el dinero, y su arte puede ser parte del mercado, duélale a quien le duela. Lo que si puede responder es a la imagen que quieres ser dentro del mundo.

El trabajo de Descarte, y su concepción sobre el ser: algo que piensa, que desarrollo en Las Meditaciones Metafísicas, podemos entender que lo único claro y distinto que tenemos es la duda. Y complementando la idea, Aristóteles nos atribuye como animales racionales. Por consiguiente, podemos decir que el único instrumento del hombre es la razón. Y si lo rechazamos, o lo despreciamos, solo queda nuestro instinto. Y si nos devolvemos a los diálogos Platónicos, podemos ver una explicación sobre esto en el mito de Protágoras, donde el hombre termina dueño del fuego de la razón que fue dado a él bajo la distribución del orden animal, y con esto debe defenderse. Esto se dice como rasgo diferenciativo de los otros animales, sin pensarse que esto nos hace superiores a ellos, o que de igual manera seamos catalogados como animales.


Hasta ahora, solo he dicho cómo funciona la filosofía a modo de reflexión en el individuo, que solo este tiene acceso a la razón, y es un instrumento para su diario vivir, porque más allá de su vida, se dio cuenta que con esto es que sobrevivimos o conllevamos el mundo, bajo dos hemisferio, el pensamiento, y la imagen de mi dentro de la realidad. Ante lo dicho anteriormente, no hemos definimos nada como concepto, pero espera, ¿es la filosofía un concepto? ¿Cuál sería su definición? Una disciplina que nos permite resolver cuestiones a través de la reflexión, una disciplina que nos permite ser sabios, la filosofía es ser amigo del conocimiento, amigo de la sabiduría, ¿es esta la definición necesaria y suficiente sobre la filosofía? Pues si me lo pregunta a mí, no, no lo es, o por lo menos lo dudo para nuestra era. Posiblemente en un principio si, con los padres de la filosofía en Atenas, pero para esta nueva era tecnológica, la sabiduría y el conocimiento es otra cosa, podemos estar moviéndonos bajo su misma forma de pensar, pero el contexto varía, es diferente.

Siguiendo con lo dicho, lo principal que podemos abordar en cuestión para saber qué es la filosofía es preguntarnos sobre cuál es el primer paso para emprender esta acción. Y dicho por el padre de la filosofía, Sócrates, él nos invita constantemente a dudar de todo,- solo sé que nada sé-. La filosofía es una vía para poder cuestionarnos como primer aspecto de todo, y como segundo aspecto, de lo que surgió como respuesta del primer aspecto. Aunque a diferencia del escepticismo, nosotros no sabemos algo como verdad, pero trabajamos con lo que tenemos de visión para llegar a una aproximación. Filosofar solo es un proceso dialectico, para nosotros es nuestro sistema funcional para así encontrar la verdad, o nuestra verdad con la cual llevaremos a tomar decisiones, donde puede variar nuestra percepción del mundo, pero que nos permite estar dentro de él, y ser libre de creer en lo que queramos. Si crees que la verdad lo da solo el método científico, o la literatura disfrazando la verdad en la mentira, o el periodismo con su pacto de veracidad. Solo podemos decir que la verdad contemporánea sale de la representación, pero pregunto ¿nuestra verdad que surgen en nuestras mente solo es la representación de lo que vimos alguna vez, un juicio que sentenciamos, una imagen del pasado, un prejuicio?


La filosofía nos permite cuestionarnos sobre aspectos tanto éticos, como ontológicos, epistemológicos, estéticos y políticos, entre otras inquietudes que le surgen al sujeto en su diario vivir. No obstante, vivimos en una sociedad que busca que sus conciudadanos sean políticamente correctos, para que así se logre una armonía dentro de la convivencia humana. Pero la realidad es que no todo lo malo es malo, ni todo lo bueno es bueno desde lo establecido por alguien, solo es una mirada, solo es una percepción del mundo que ha sido aceptada. Nadie es menos normal que otro por creer que algo es verdad. La única condición debería ser: que ese algo haya pasado por la duda, y ese creer haya sido racionalizado, sin ser institucionalizado, y haya sido reconocido como su entendimiento.

El la página 21 de la Apología de Sócrates, este dice “el trabajo del orador es decir la verdad”, tratando de hacer caer en cuenta que la labor filosófica siempre está conexa al decir lo que es verdadero. Pero cómo se logra el camino de la verdad. Para Platón, no era sino a través de la dialéctica, una acción comunicativa que permitía discernir hipótesis a través de un diálogo. Para Nietzsche nunca va haber una distinción clara entre lo verdadero y lo falso, porque siempre debe haber un fluyo creativo, que cambiara radicalmente lo establecido anteriormente. ¿Quién tiene la verdad? Considero que para mí, puede que no haya verdad absoluta, pero si tengo mi verdad.


Desde los planteamientos de Freud y su teoría del psicoanálisis, podemos entender cómo funciona la mente del ser humano. Además, desde los avances teóricos de Hegel sobre la dialéctica: tesis, antítesis, y síntesis, me atreveré a dar mi percepción sobre el entendimiento, que nace como por petición de principio, sobre mi verdad.

Una constante lucha entre lo consciente y lo inconsciente, como diría cualquier persona, el pan de cada día, resolver con alguien que no conocemos, ya se vuelve algo común para la vida social, ¿pero es igual esta lucha en la vida personal? No obstante, considero que el sujeto cuando hablamos de su inconsciente, se encuentra en diferentes situaciones donde no puede explicar algunas acciones, que pueden ser reconocidas como propias, pero que también se pueden rechazar, al no ser consciente uno sobre eso. Por la gravedad de no conocerse a uno mismo por completo, al igual que esos pensamientos que habíamos dicho atrás, puede terminar siendo rechazado, pero como los otros están bien tenerlos, solo hay que controlarlos a través de la reflexión.


La verdad o mi verdad no es más que un ideal subjetivo. Un ideal que así intentemos, en las ciencias sociales solo será eso, una aprobación a unos planteamientos subjetivos convenientes para todos, ¿pero dónde nace esta idea, donde nace esos planteamientos? De nuestro consciente que nos intenta guiar por el camino políticamente correcto, ya que este tiene la función de pensar y actuar como su nombre lo indica. Y si planteamos un poco el pensamiento de Kierkegaard. Él nos dice sabemos que en este mundo estamos solos y el consciente es el que más sufre porque es el que reconoce la existencia solitaria de uno, y que de aquí evoca nuestras decisiones. ¿Entonces cuál es nuestra verdad, qué es lo que consolida esa verdad de nuestra mente que usa un sistema dialectico? La verdad no es más que nuestro entendimiento de dos mundos; la realidad sinsentido, y mi realidad.


Con lo dicho anteriormente, abordo la idea que tal vez entre cada vez que filosofamos, discernimos ideas que simplemente tomamos como lo verdadero dentro de nuestra mente, de forma involuntaria esas ideas del inconsciente las contrastamos con lo del consiente y luego la síntesis de eso, es lo que sale al mundo como algo verdadero para uno mismo, mi verdad. La reflexión es como cuando entra la luz dentro del obturador y saca una visión de la realidad, pero esa verdad tiene una gran carga subjetiva, porque el fotógrafo uso sus técnicas para mostrar lo quería mostrar. Nuestra verdad es con la que nos comprometemos a mantener afuera, con los demás en comunidad. También se vuelve nuestros principios, y reglas de cómo debemos actuar en el mundo. Nuestra filosofía…


Por último, y dar cierre, la filosofía es un instrumento de la razón que permite dudar de todo, siendo este un don para los humanos. La filosofía simplemente modifica percepciones, y la percepción no es más que como nosotros miramos al mundo. Esto se logra cuando definimos muy bien que es lo que queremos para nosotros, aceptamos que simplemente en este mundo venimos a tomar decisiones, y solo es posible cuando entendemos que estamos en un lugar donde la diversidad de pensamiento es muy amplia, y no todos estaremos de acuerdo con lo mismo de todos, pero estos pensamiento son parte de la realidad y a la hora de desarrollar mi verdad, es un factor importante que siempre va estar presente.

Con el filosofar, no es más que ese juego de poder que plantea Hegel con su teoría del amo y del esclavo. Solo va a ser una realidad más, tu percepción, si logras dominar a los otros, para así poder moldearla como ves la verdad de tu entendimiento, o si quieres liberarte y dar tu percepción del mundo dentro de los parámetros de esta realidad sinsetido. No cabe duda que la filosofía para mí, no es más que un guion, que pueda que sea un éxito o no, pero la idea nace de cada uno. Vemos el mundo como queremos, pero de nosotros sale solo lo que necesitamos.


Bibliografía:

Descarte, R (1641). Meditaciones metafísicas.

Freud, Sigmund, (1917). Una dificultad del psicoanálisis.

Hegel, F. (1807). Fenomenología del espíritu.

Nietzsche, F. Así habló Zaratustra. Primera edición en “El libro de bolsillo”:1972.

Platón (S.V a.c). Apología de Sócrates. Editorial, Alambra Colección.



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