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¿Qué le hace falta al fútbol profesional femenino colombiano para ser una potencia deportiva?

  • Juan Esteban Cardona
  • 22 ago 2021
  • 3 Min. de lectura

Hablar de fútbol femenino siempre ha sido complicado, y está más que claro que la categoría masculina ha predominado, tanto en publicidad, como facturación, calidad de juego, etc. Sin embargo, en la última década la relevancia del fútbol femenino en Sudamérica y en Colombia ha aumentado drásticamente, en el sentido en que se fundó la Copa Libertadores femenina en 2009, y después de algunas participaciones de alta calidad de equipos Colombianos en 2016 se fundó la Liga colombiana femenina.


¿Qué Colombia lo ha hecho bien en los Panamericanos? Son las campeonas vigentes. ¿Qué Colombia lo ha hecho bien en la Libertadores? Tienen una conseguida por Atlético Huila en 2018, dos subcampeonatos de Medellín Formas Íntimas y América de Cali, y dos terceros puestos de Medellín Formas Íntimas, y América de Cali.

¿Qué hace Colombia en los Mundiales? Mal, mal, mal, mal. Ostentan una clasificación a octavos en Canadá 2015 y una participación en fases de grupos en Alemania 2011. A pesar de ser poco, para el tiempo que llevan jugando se han llevado por delante a varias selecciones y pueden presumir estar entre las 30 mejores selecciones del planeta (26) y ser la segunda mejor de Conmebol (después de Brasil). Pero con todo esto, ¿Por qué no somos una potencia aún?


Es tan sencillo de resolver, es necesario tener en cuenta que el fútbol, y el deporte en general, necesita inversión para avanzar, y esa inversión solo se da, o al menos en Colombia, si hay un interés real desde quienes manejan los presupuestos. Y tal ha sido el punto que no hay que devolverse mucho en el tiempo, y recordar cuando Felipe Taborda era el entrenador de la selección femenina y permitió que a las jugadoras las pusieran a vivir en condiciones desastrosas mientras estaban convocadas. Como las habitaciones mal acondicionadas, la falta de viáticos que obligaba a las jugadoras a pagar sus tiquetes, transporte y acceso a entrenamientos, la indumentaria eran sobras de equipos masculinos, lo cual implicaba mal tallaje y ropa sucia.

Hablando de la liga local, podríamos quedarnos horas discutiendo porque sí y porque no, pero la verdad todo parte desde el hecho que no es un torneo regular, es un cuarto torneo al año. Teniendo los estadios, teniendo los árbitros, teniendo las jugadoras, los hinchas y un supuesto canal premium, la gente aún se pregunta ¿Por qué carajos solo de Julio a Septiembre?

La verdad es que Coldeportes prefiere invertir su financiación en otros deportes y permitiendo que el dinero se vaya reduciendo a través de cada intermediario. La Dimayor y sus casos polémicos no quieren arriesgarse a hablar de la liga femenina para no perjudicarse más. Y los hinchas, no irían realmente a los estadios.

Este ámbito del fútbol es una mina de oro sin explotar, está ahí esperando que algo pase, si es que llega a pasar, perdiéndose en el tiempo. Viendo que los años pasan y que el fútbol y la sociedad cambian.

Quizás como sociedad nos quedamos en el tiempo, quizás aun no aceptamos que las mujeres pueden jugar futbol, como si estuvieran predestinadas a cosas específicas, cuando pueden cumplir con cualquier labor siempre y cuando sean aptas, como a cualquier persona. La pregunta real no se basa en fútbol, porque en fútbol estamos en la cima, la pregunta real, y se las dejo a ustedes, debería ser ¿Qué tanto le hace falta a Colombia para ser una potencia social?


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